SÁNDUCHE DE HELADO (GORDITOS POR SIEMPRE)
Mi viejo era un tipo singular. No era amante del dulce, sin embargo con el pasar de los años y mientras abrazaba más los años de su era de "Abuelo Loco", se endulzaba más y más la vida. En una ocasión empezó con el cuento de comprarle al heladero, que visitaba la cuadra donde vivíamos, los helados a los nietos. Miguel Ángel y Chundo estaban chiquitos y de cuando en cuando los viejos les ponían una piscina inflable para que se refrescaran. Evidentemente esos momentos iban acompañados de su música favorita y de una que otra espumante. Lo cierto es que a eso de las 3 de la tarde llegaba el heladero con la inolvidable campanita o la musiquita inolvidable. Entonces salía uno a comprar los helados y cada quien escogía según el presupuesto. Bueno, en el caso de él era o el "Súper Tornado" o estos sánduches de helado. Con tal que llegó un día que viendo sus programas de cocina, consiguió la receta de cómo hacer estos helados y el hombre pues se puso de hel