POLLO AL HORNO

pollo enteri al horno dorado
Mi abuela Nena, como buena abuela, tenía una sazón especial y aunque, a la verdad me remito, no fui su nieto favorito, ella siempre tenía una deferencia con uno a la hora de la comida. Sus recetas siempre estaban enmarcadas por menúes criollos, a lo básico y poco elaborado, pero sin duda alguna . con mucho sabor.

Uno de los platos que siempre me gustó de ella era el pollo horneado. Sí, quizás no era nada del otro mundo, pero a ella le quedaba riquísimo. Con el tiempo me enteré que la receta original era de su vecina de toda la vida, la señora Conforto* .

Ingredientes

1 Pollo entero
1 Taza de vinagre blanco
5-10 Ajos machacados o dos cucharada de ajo molido
1 Cucharada de sal
2 Cucharada de orégano molido

Preparación

Cortar el pollo en presas con su piel. Condimentar el pollo con el ajo machacado, sal y orégano. Agrega el vinagre y dejar macerar por una hora en un bowl tapado con un paño o con papel film.

Luego escurre el líquido y coloca las piezas de pollo en una bandeja rectangular con la piel hacia arriba y llévalo al horno previamente precalentado a 350°C hasta que dore por espacio de 15-20 minutos. Una vez dorado voltea las piezas, agrega la mitad del líquido de la maceración y hornea por 30 minutos.

Incorpora el resto del líquido y termina de cocinar por 15 minutos más.

Acompañantes

El pollo es un clásico de la comida internacional, sin embargo los acompañantes pueden ser muy variados. Mi abuela siempre nos servía el pollo con arroz blanco condimentado, tipo jardinero pero a su estilo y unas papas con mantequilla y perejil para chuparse los dedos.

Sin embargo entiendo que a muchas personas les incomoda servir arroz con tubérculos, purés y afines, razón por la cual les recomiendo acompañar con tajadas, vegetales salteados o ensalada.

*La señora Conforto vivía en el apartamento de al lado. Siempre la recuerdo con mucho cariño y hasta complicidad, porque ella tenía un perrito salchicha llamado Capitán. Todos los fines de semana cuando íbamos a buscar a mi abuela, pasaba a saludarla a ella y por supuesto a Capitán. Esa era la única forma de poder compartir con un perro, debido que en su momento no me dejaban tener mascotas.

Después con el tiempo me vengué y llegué a tener chivos, ovejos, conejos, patos, gallinas, perros, gatos, peces y pare usted de contar. Zoológico en casa, jajajaja.


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